14 de febrero de 2011

Obama: deja de tocarnos las .COM

Las últimas noticias sobre la libertad de uso de nombres de dominio que vienen de Estados Unidos son francamente preocupantes.  Para quienes no lo sepan, todo lo relativo a los dominios es responsabilidad de la ICANN, un organismo que tiene tareas muy básicas -pero muy importantes para tener Internet como la conocemos. Se dedica sólo al reparto de números IP entre naciones (algo así como si repartiera los prefijos telefónicos) y la decisión de quien se encarga de gestionar los nombres de dominio. Si bien la ICANN esta situada en Estados Unidos, desde 2009 es independiente del Gobierno.

La independencia de la ICANN es algo absolutamente necesario para el buen funcionamiento de Internet. Durante años países tan dignos de confianza como Irán han pretendido que el control de la ICANN pase a la ONU, ante el temor de que al estar radicado en Estados Unidos, el Gobierno pudiera excluir de internet a un país al que considere enemigo, aunque nunca se ha especificado qué sacaría EEUU de semejante acción, cuando precisamente Internet es el peor enemigo de los enemigos de los norteamericanos. Semejante excusa para otorgar el gobierno de Internet a la mayoría de dictaduras tan bien consideradas en la ONU siempre me ha parecido algo penoso. Pero aunque siga siendo deseable que Naciones Unidas no se haga cargo del cotarro, quizá convenga empezar a pensar quién podría tener esa responsabilidad. Estados Unidos, bajo el gobierno del premio nobel de la paz "San" Obama, está tomando decisiones muy peligrosas


El primer punto de peligro es que, al estar la ICANN dentro de los Estados Unidos, los jueces estadounidenses están tomando decisiones que van contra la imparcialidad en Internet.  A finales de 2010, un juez ordenó la retirada de diversos dominios relacionados con productos falsificados, incluyendo en el pack el buscador Torrent-Finder, que no aloja contenido ilegítimo alguno y cumple una labor técnicamente similar a la de Google. Y está el caso del bloqueo de rojadirecta.com por orden de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York por un supuesto delito de distribución de material protegido con copyright pone en entredicho la confianza en el sistema de dominios genéricos a nivel mundial, hasta el punto de poner en riesgo la propia red tal y como la conocemos.

Al otorgarse la justicia estadounidense una jurisdicción universal sobre los .com, .org y similares, con independencia del lugar donde estén alojadas las páginas a las que dirigen, la Justicia estadounidense genera una inseguridad jurídica en el resto del mundo. Quien gane en otro país un juicio referido a una web con este tipo de dirección, puede verse afectado por un bloqueo cautelar como el sufrido por Roja Directa y tener que enfrentarse a un proceso judicial en Estados Unidos al que posiblemente no pueda hacer frente por motivos económicos o prácticos (como tener que desplazarse o pagar abogados en ese país desde otro diferente). 

Otra cosa distinta es la visualización de una página Web en un país. Guste o no, cada país tiene derecho a decidir sobre cómo funciona el invento dentro de sus fronteras. Si un juez español decide que a yahoo.com no se puede acceder desde nuestro país, así habrá de ser. Pero lo que no debería poder decidir es que dicha dirección de Internet quede prohibida en Perú también. Si este tipo de decisiones comienzan a generalizarse, no sería de extrañar que surgiera un sistema de dominios alternativo, totalmente libre y sin el control que se está dando en los Estados Unidos, lo que provocaría una escisión de Internet, que dejaría de ser universal.

Reconozco que la pérdida de un dominio ya no es tan dolorosa para un negocio como antes. La mayoría de la gente accede a los sitios web no poniendo directamente la dirección sino tecleándola en un buscador. Pero aun así el daño es considerable, y no parece lógico que sea la legislación estadounidense la que decida qué dominios se respetan en todo el mundo y cuáles no. Pese a que tiene un sistema judicial de los más imparciales del mundo, que no tiene comparación con el politizado sistema judicial español. Pero si no respetan la independencia y libertad en la creación de nombres de dominio, es lógico ponerse a pensar en qué refugio colocamos la gestión de los dominios de primer nivel.

Desgraciadamente, los legisladores norteamericanos no se están preocupando de proteger el sistema de registros alojado en su país. Al contrario, están apoyando una ley que facilite este tipo de requisas en nombre de la defensa de la propiedad intelectual. ¿Y si nos mudamos mejor a Suiza o algún país nórdico?

La otra mala noticia son las ideas del Gobierno de Obama para modificar el procedimiento de creación de nuevos dominios de primer nivel, como unos hipotéticos .gay, .car, .movie o .sex. No es una cuestión baladí, puesto que en la actualidad existen 115 propuestas distintas que están siendo evaluadas, o tienen que serlo, por la ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers). Aunque, como decía antes, esta organización es privada desde 2009, su junta directiva tiene como asesor a un consejo en el que están representados más de ochenta gobiernos. Ahora, los planes del inquilino de la Casa Blanca serían que cada nuevo dominio tenga que ser aprobado por los gobiernos de más de cien países para poder funcionar. El veto de uno solo sería suficiente para impedir una nueva incorporación al sistema de nombres. A partir de ese momento, las decisiones en la ICANN serán tan sencillas de tomar.. como las decisiones de la Unión Europea. ¡Un desastre!

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